El caso del Coo.

El Coo o Concón, es una de las 13 especies de búho pertenecientes al género Strix, es de mediano tamaño, de hábitos nocturnos. En nuestro país se reconocen 2 subespecies: El Cocón o búho de bosque (Strix rufipes rufipes) y el Concón de Chiloé o Coo (Strix rufipes sanborni).
El Coo, habita en bosques de la zona central y sur del país, desde el Valle del Maipo, hasta la Isla Grande de Tierra del Fuego. Es común observarlos posados cerca de las viviendas a la espera de su plato favorito: los ratones. Como cazador, el Coo es uno de los mejores controladores de plagas de la naturaleza, sin embargo ha inspirado el miedo en las comunidades por sus hábitos crepusculares, su vocalización estruendosa, y su mirada fija de posición frontal, casi humana.
Para los chilotes el Coo, se ha transformado en parte de las criaturas de relatos mágicos como un icono de la noche del cual se cree que sus gritos anuncian la desgracia, la enfermedad y la muerte. Se dice, al igual que de otras aves agoreras, que es un aliado de la "Voladora", o de los brujos que tienen la capacidad de transformarse en aves. Dicen, que posee un único ojo y su cola es de serpiente. También están quienes afirman que el Coo con su risa y gritos nocturnos, es quien llama a las almas de los moribundos para que comiencen su vida en el más allá. (Imagen 1).

Por otra parte, según la artesana Judith Rain del sector de Chaiguao en Quellón, tejedora de cestería y telar Quelgo, el Coo, es el ojo en un tipo de tejido con características particulares.
El ícono con que representaremos el Coo, será un rombo acompañado de una equis a cada lado, formando el gráfico con el cual podremos explicar la composición del tejido en el telar. (Imagen 2).

Para conocer más acerca del símbolo del Ojo en haz clic aquí:
La taumaturgia del Coo.
En el arte del telar, el Coo, es muy similar al Ngelwan (Ojo de guanaco) de los mapuche de la cordillera. La diferencia con éste, radica en que en el laboreo se realiza una torsión más antes de tramar, que en caso de urdir a dos colores, quedan todos los ojos del primer color y las equis del segundo color. (Imagen 3)

Los pasos para tejer el Coo son los siguientes (Imágenes 4,5,6,7):
1) Urdir el telar con recurrencia de color de cuatro urdimbres negras y cuatro urdimbres blancas.
2) Tomar con un parampawe las urdimbres negras de dos en dos y las blancas de cuatro.
3) Pasar trama blanca.
4) Deslizar el parampawe colocado hasta la parte superior del urdido.
5) Con los dedos debemos levantar cruzando los pares de urdimbres negras que quedaron bajo el parampawe y pasarlos sobre las cuatro urdimbres blancas que quedaron sobre el parampawe.
6) Al mismo tiempo, debemos levantar cruzando las urdimbres blancas que quedaron bajo el parampawe y pasarlas sobre las hebras negras que están sobre el parampawe.
7) Pasar un ñerewe y volver con la trama blanca.
8) Deslizar el ñerewe hasta la parte superior del urdido.
9) Ahora, con los dedos, debemos levantar cruzando las cuatro hebras de urdimbre blancas que están entre las hebras de urdimbre negras.
10) Levantarlas urdimbres negras que quedaron abajo en la pasada anterior.
11) Pasar un nuevo ñerewe y trama con la misma hebra blanca.
12) Una vez que hemos logrado las tres pasadas con parampawe y ñerewes distintos, volvemos sin torcer con los dedos:
13) Sacamos el ñerewe que ya tramamos.
14) Tramamos en el primer ñerewe puesto y lo retiramos.
15) Tramamos el parampawe y lo volvemos a dejar en la parte superior del urdido.
16) Repetimos todas las pasadas.
El espacio simbólico del Coo.
Quisiera hacer una asociación libre que permitirá dar sentido a este textil y su relato ligado a lo mágico y lo trascendental del Arte en Chiloé.
Recordemos que los símbolos que revisamos en los post sobre “La Presencia de los Ancestros”, fueron transportados desde el imaginario de las antiguas culturas, primero a los tejidos y de ahí, en el caso de los wiliche, a las iglesias diseminadas en el Archipiélago, ya que ellos eran la mano de obra de su construcción, por lo que pusieron los símbolos de sus creencias en los lugares más sagrados de estos templos.
Recordemos el relato mítico del Coo, esta vez; sin los aspectos del horror, o del bien y el mal y quedémonos con lo esencial, tomemos a este búho mítico como una criatura vigilante, convocando con la presencia de su grito a las almas de todos los mortales.

Entonces obtenemos en la forma más abstracta un rombo, ligado por medio de equis a otro rombo igual al infinito, esto se debe a que en su conjunto forman una comunidad, donde cada rombo es un ojo que equivalente a una persona o un alma humana y muchos ojos forman una comunidad, así como varias comunidades forman el cosmos.
Frente a nuestros ojos, se encuentra oculto el Coo, en el centro de la ciudad de Castro, presente en la fachada completa de la iglesia San francisco, este templo fue construido en 1910 y declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco el año 2000.

Podríamos pensar que el significado del Coo, puesto en ese lugar, es que convoca, contiene o compenetra a todas las comunidades en este centro urbano.
Sin embargo, en lo simbólico
En la isla de Chiloé
En la fachada de una iglesia
Somos nosotros
Iris y pupilas
En blanco y en negro
En la dimensión de espejos
Somos fractales romboidales
Conteniéndose, compenetrándose, absorbiéndose
Hasta en lo más aterrador y sublime de nuestras vidas
Somos nosotros
En rojo y en negro
Los enlaces del Cosmos
Tejidos hasta más allá de los bordes del tiempo.
Enlaces de interés:
http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0033460.pdf
https://waca.cl/tureco/2017/11/30/el-concon-y-su-presencia-en-la-mitologia-austral-de-chile/
https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/34404981/BUHOS_DE_CHILE