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La Presencia de los Ancestros. Símbolos Williche en el Arte de Chiloé.(Parte 1).

Algunas consideraciones:

a) Como Arte de Chiloé, me referiré únicamente durante el texto a aquellas manifestaciones de la comunidad vinculadas a técnicas de desarrollo propio, como mencioné más arriba: textiles hechos en telar Quelgo y la arquitectura de iglesias en madera. Estas manifestaciones artísticas tuvieron pleno desarrollo a partir del siglo XVIII, hasta mitad del siglo XX. [i]





b) Como símbolo, me referiré a una representación u objeto que conocemos pero desconocemos sus proyecciones. En palabras de Carl Gustav Jung, “es un término, un nombre o una pintura que puede ser conocido en la vida diaria aunque posea connotaciones específicas, a de más de su significado corriente y obvio. Representa algo vago, desconocido u oculto para nosotros”. A partir del símbolo, podemos desprender el ícono, el cual es una imagen, que sustituye al objeto del cual refiere su significado. Estos íconos serán los dibujos tejidos, tallados o pintados y el símbolo será el contenido trascendente. [ii]



Se pensará tal vez, que no es posible extraer conclusiones más allá de lo que la cultura mapuche primigenia aceptaría, en respuesta a esa objeción, se debe tener presente que no hay mundos culturales cerrados, de manera que todos los símbolos antiguos obedecen a patrones provenientes de una tradición anterior. Esto se puede comprobar por la similitud de formas y funciones que todos los símbolos antiguos van presentando a medida que se retrocede en el tiempo hacia la antigüedad más remota. Por otra parte, pudieron conservarse debido a que sí tenían un real significado para las comunidades, que probablemente vieron en ellos lo mismo desde el wallmapu hasta el mundo mongol.

c) Si comprendiéramos el contenido simbólico de las “flores y rombos” que existen en el Arte de Chiloé, en sus textiles e iglesias, obtendríamos una llave para conocer y ubicar todo un repertorio iconográfico con su valor estético y simbólico en la tradición de Chiloé, por lo que se espera que las piezas que se presentan, puedan ser apreciadas con nueva mirada por parte de la comunidad isleña, especialmente por sus artesanos y sus artistas.



Abramos entonces nuestros ojos al misterio y la belleza contenidos en frazadas y alfombras, alcemos la mirada a las bóvedas de nuestras iglesias de madera, volvamos a escuchar los relatos contados por los ancestros, para que podamos encontrar el sentido de nuestra propia historia y evolución espiritual y estética, aventurémonos a descifrar el secreto que estos símbolos evocan.




1. El Quelgo. (Revisar post anteriores sobre el tema).

Conocemos los textiles del pueblo williche de Chiloé, a partir de relatos de los europeos, ellos sólo describen como se usaban y muy poco de su confección, no obtenemos de estas fuentes su contenido simbólico.

Los williche, como una rama derivada de los mapuche, conocían los tintes naturales, pues se relata que vestían ponchos, fajas y cintas de variados colores. Conocían también, el huso y la tortera, es de suponer que la base de confección textil provenía de un telar mapuche, con el cual elaboraban su vestuario, y si consideramos las palabras de Hendrick Brouwer en el siglo XVII, sobre las mujeres que “llevan consigo un telar para no quedar ociosas», encontramos la referencia a un telar de mano o de cintura como los usados por los pueblos andinos en el altiplano.




En la cultura mapuche, a través de los dibujos de un tejido se contaba una historia, también podía saberse la posición social de un hombre o de una mujer, las vestiduras podían representar una señal respecto de la vida de una persona, se podía establecer un diálogo que era compartido al interior de su sociedad, pero que aparece indescifrable o carente de significado para los que no pertenecen a esta cultura, de ahí que los españoles no entreguen mayor información acerca del simbolismo contenido en los textiles portados por el williche.


Las características que comprenden a los textiles tradicionales de Chiloé son las siguientes:

a) Su factura es a mano desde la colonia al siglo XX, en telar Quelgo.

b) Son elaborados con lana de oveja como su principal materia prima.

c) Comparten en su diversidad una estructura rectangular común.

d) Estos textiles tuvieron su propio desarrollo durante un proceso histórico, donde se fundieron los valores utilitarios y estéticos de los mundos europeo y williche.

Son tres técnicas principales para la elaboración de dibujos en los textiles:


a) Kelentraro

b) Bordado

c) Felpa


2.. Iglesias.

La presencia de ciertos símbolos pertenecientes a la “visión williche” se encuentra dentro de estos edificios patrimoniales. Solo mencionaré un ejemplo, ya que ahondaremos en la materia más adelante: Existen claramente formas del kultrún, el tambor chamánico en las iglesias Nuestra Señora de Loreto en Chonchi y San Francisco de Castro.



Recordemos que desde tiempos de las misiones circulares, la mano de obra fue la williche. De aquí se originarían más tarde los maestros carpinteros, por lo que estas iglesias, serían construidas a partir de la sabiduría popular, sin arquitectos.

Por tanto, los constructores williche pusieron los símbolos de su cultura en los lugares más sagrados de estas iglesias: en los altares, en las columnas, en las cornisas y en las altas bóvedas de capillas e iglesias, dejando testimonio de la validez de su cosmovisión y sus creencias

El repertorio iconográfico como son los dibujos geométricos, junto a su contenido simbólico plasmado en las piezas textiles, es trasladado al tallado de las maderas de las iglesias y colocados en los lugares sagrados según la visión cristiana europea.

En el próximo post presentaré algunos de estos símbolos contenidos en textiles y llevados a las iglesias por la mano de las comunidades williche.





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[1] Entendido el Arte prehispánico de Latinoamérica, como un acto inherente de creación humana en vínculo directo a la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales, podemos considerar como el descubrimiento tecnológico más importante de estos pueblos en aquella era, la producción y la conservación del fuego, porque gracias a esto el hombre no sólo pudo cocinar y protegerse del frío, sino también hacer herramientas para facilitar su cotidianidad, con ello descubren la cerámica y sus procesos de elaboración, también la metalurgia. Los pueblos originarios del altiplano peruano y boliviano conocieron las aleaciones de cobre y oro en sus diferentes proporciones, trabajaron el estaño y dominaron las técnicas del vaciado de metal, repujado y endurecimiento por martilleo en frío. La cultura de Tiwanaco laboró el cobre y la plata. Los olmecas, hacían notables obras de alfarería. La cerámica de Chavín en Perú, era monocroma de color negro, con figuras antropomorfas y de felinos. La cultura Mochica (Perú) ha dejado muestras de una alfarería muy particular por su tendencia a presentar aspectos de la vida y costumbres de su pueblo. La cerámica chilena comprende desde el plato común y cerámicas de un solo color (colorada o negra, incisa y pulida) hasta la policroma (rojo, negro y blanco). En estos objetos, podemos ver no sólo el nivel tecnológico alcanzado, sino también elementos significativos para la comunidad, representados en plantas, animales y actividades humanas.

[l1] Muchos siglos antes de la conquista hispana, las comunidades indígenas habían forjado su propia historia, elaborando sus propios sistemas de escritura y contabilidad, además de sistemas sociales integrados a los ciclos de la naturaleza y del cosmos. Sin considerar este conocimiento sería imposible dar una explicación completa sobre la identidad y el Arte de América Latina.

Asociado a la magia y las necesidades cotidianas aparecen formas de Arte, entendidas en el desarrollo de los pueblos de Latinoamérica, como un acto inherente de creación humana en vínculo directo a la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales.

En estos objetos, podemos dar cuenta, no sólo del nivel tecnológico alcanzado, sino también la evidencia de elementos significativos para las comunidades, entre los que se destacan plantas, animales, personas realizando oficios o rituales, también encontramos figuras geométricas, líneas y colores, todo este repertorio indicaba el estatus de sus portadores, describían la ocasión en que debían ser usados y hacían referencias a seres divinos protectores o a los beneficios que de ellos se esperaba obtener.

Los mapuche heredan conocimientos y desarrollan el arte de la cerámica, la platería y el tejido en telar, transmitidos por los Incas, apropiándose de algunas formas y contenidos simbólicos en los objetos realizados, aportando también los propios.

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