Una mirada a la mitología.
<<No sólo la naturaleza ha puesto en ella su taumatúrgica mano, sino también la imaginación del hombre ha contribuido a crearle un prestigio de tierra hechizada, apta para las leyendas y las mitologías, como las campiñas de la antigua Hélade o las blancas extensiones nórdicas En sus islas palpita el alma de un mundo desconocido y alegórico, por lo que no es exagerado asegurar que en las espumas de sus olas y en la mañana de sus colinas se encuentra latente lo mejor del porvenir artístico de Chile>>. Evaristo Molina Herrera, Mitología chilota, 1950.

Titulo: "El Mito retrato de un efebo"
Medidas: 60 cms de alto
Material: Lana de oveja
técnica: fieltro agujado
(obra en proceso)
Aquellos relatos míticos, los mismos que nacieron con el fuego que alargaban las sombras de los primeros habitantes de este lugar, se fueron replicando y tomaron nuevos elementos a través de los siglos, hasta llegar a nuestros tiempos, algo transformados pero aún coherentes en su contenido y en su relación con la sociedad y el entorno.
Estos relatos plagados de personajes humanos y animales protagonizando oscuras y sorprendentes historias, aún se cuentan, como lejanos recuerdos o como nuevas experiencias de la cotidianidad.
Algunos autores dentro y fuera del Archipiélago, han escrito compilaciones a cerca de mitos y leyendas que aquí se cuentan, pero hay quienes van más allá, haciéndolos partícipes de poemas y relatos mágicos. Sin embargo es en la creación de imágenes por parte de pintores e ilustradores donde se encuentra la mayor variedad de interpretaciones y se les ha otorgado nuevo significado.
Es muy fácil acceder a textos, revistas locales e incluso diarios dónde se narran estas historias, en bibliotecas y páginas de internet (Debo mencionar el caso de la Recta Provincia de finales del siglo XIX y el de los culebrones encontrados camino a Quellón). Obtener un relato oral de alguien que haya vivido una experiencia con alguno de aquellos seres míticos es un poco más complejo, ya que estas historias se narran cuando, quien la posee, siente que eres alguien más cercano que un mero curioso.
Vivencias, historias y seres mágicos, están entre nosotros.
Espacio simbólico.
La capacidad creadora de significados que alberga el ser humano, rebate el contenido —quizás, sagrado— del mito originario, para dar cabida a nuevos relatos en necesaria interacción con lo real y lo imaginario. Igual que barcas sobre el flujo simbólico de ese imaginario, más allá de la aportación individual, los mitos refieren a la existencia de un espacio contenedor donde se mueve el colectivo, relacionando al ser humano con la construcción de dimensiones simbólicas, creando otras realidades.
En constantes reformulaciones por parte de la interacción de los individuos, los mitos se renuevan y lo que prevalece es lo inherente a la capacidad imaginativa de los seres humanos. El contenido de dicho espacio viene a estar ocupado por la experiencia simbólica, el ritual, el sueño, lo anecdótico, que se convierte en relato, imagen, poema.
La creación.
Aquello que corresponde a lo imaginario, por años ha sido cercado dentro de espacios muy poco valorados en relación a los paradigmas de la sociedad, familia e institucionalidad de nuestro país, me refiero a que los espacios y lugares para la ciencia, el arte y la reflexión espiritual reclaman su participación apenas reconocida.
<<De su postergación en el programa de la Modernidad como ensoñación indeseable a los ojos de la invencible maquinaria histórica, la mitología, ciencia del universo simbólico constituyente, principio configurador, emerge para proclamar: “sin las estructuras míticas, no hay inteligencia histórica posible” (Durand). Ello no resultaría necesariamente en la negación de la vigencia del modelo mítico clásico, sino que este se beneficiaría al admitir las nuevas prácticas simbólicas como modelos creativos con las que la colectividad busca respuestas actuales a las mismas preguntas, sólo de esta manera no reduciremos la facultad creativa a las concreciones de unas mitologías canonizadas. Donde el entorno impone nuevas convalidaciones de lo real, el imaginario ha de contestar con nuevas fabulaciones, nuevas creencias y justificaciones, nuevos relatos de lo real>>. Fernandez Pichel, Samuel. Mitos e imaginarios colectivos. 1988.
De esta forma, sin dejar de lado ningún aspecto humano daríamos origen a una nueva posibilidad del ser, podríamos construir una historia más completa y profunda, sobre los pilares simbólicos de nuestra experiencia colectiva.
Como un tentativo ejemplo: la expresión y la catarsis en que vivimos el mes de Octubre de 2019, podría repetirse al final de la Pandemia de 2020, adquiriendo con el paso del tiempo significados y sentidos enraizados en las conciencias, con entidades que serían en sí el contenido de nuestra propia historia, las que estudiaríamos, replicaríamos y volveríamos a transformar para que sigan vigentes en nuestra memoria.
Arte y Mito son hermanos
En el Sueño de las Estrellas
El Mito fue engendrado.
Síntesis de lo Sensible y de lo Imaginario.
El Mito nació junto al Fuego
Junto al Mito nació el Arte (su gemelo inesperado, el menor, el olvidado)
Y las sombras y el canto fueron el primer Arte para los humanos.
EL Mito nació sin voz, por eso otros lo hablamos.
El Arte nos habla en favor de su hermano.